Sus tradiciones culturales no pasan inadvertidas. Es cuna de pintores, artesanos y escultores de valía, unida a una larga relación de músicos que cultivaron variados ritmos, sobre todo el inmortal son cubano, encabezados por Elio Revé.
Entre las expresiones más enraizadas de las costumbres musicales están el Quiribá o el Nengón.
El perenne contacto con el pasado viviendo el presente convierten la estancia en Baracoa en una posibilidad única de enriquecer la memoria con recuerdos que el tiempo no puede borrar, porque se clavan en lo más profundo del sentimiento humano.
Las calles más antiguas son estrechas y pululan las fachadas centenarias de casas que poseen rojizos techos. Tal parece que el tiempo se ha detenido y todavía se respiran los aires del descubrimiento, sobre todo si el tiempo alcanza para recorrer algunos de los 56 sitios arqueológicos de esta Villa.
La riqueza material se incrementa de muchas formas, sobre todo mediante el cacao, íntimamente vinculado a la cultura del territorio. Aquí es donde más y mejor chocolate se produce en el país.
Una mezcla de agua de coco con miel de abejas, frutas y azúcar arroja el autóctono "Cucurucho", delicioso dulce típico de la región.
De la vasta cultura culinaria se incluye el "Bacán", comida típica confeccionada con cocos secos, plátanos verdes, especies de distintos tipos, carne de cerdo, res o pollo y un modo de elaborar que ha pasado de generación en generación.