Nuestra Señora de la Asunción de Baracoa fue fundada el 15 de agosto de 1 511 por Diego Velázquez. Casi cinco siglos después de surgir la Ciudad Primada causa asombro al visitante es la belleza natural de su entorno y la hospitalidad de los baracoesos.
Posee un notablemente conservado sistema de fortificaciones militares, desde donde fueron repelidos numerosos ataques de corsarios y piratas, ocurridos en los albores de la colonización española.
Baracoa recibió un escudo el 20 de septiembre de 1838, de manos de la reina María Cristina de Hasburgo y Lorena. Contiene una frase en latín: Omniun Cubel Urbium Exigua Tamet, si tempore primas ferens.
Traducido literalmente expresa: "De todas las ciudades de Cuba, aunque pequeña, siempre será la primera en el tiempo".
El original se conversa en el Museo Matachín, donde se halla una réplica, tallada con madera preciosa de los bosques aledaños, obra del famoso escultor Quintiliano Joa.
Mientras, Cristóbal Colón, según Fray Bartolomé de Las Casas: "asentó una cruz grande en la entrada de aquel puerto que creo llamó el Puerto Santo, sobre unas peñas vivas".
En ese lugar, convertido en el primer obispado de Cuba, gracias a una bula emitida por el Papa León X, Las Casas ofició la primera misa ante la cruz de la Santa Parra.
A la mencionada cruz hasta llegaron a atribuirle el don de hacer milagros, y hasta desde España llegaron a pedir trozos de la madera de la divina reliquia, por lo cual fue disminuyendo su tamaño.
Para evitar que siguiera decreciendo y un día desapareciera, las instituciones religiosas se pusieron de acuerdo con el cura párroco y enchaparon en plata los extremos de la cruz.
En la actualidad se halla en uno de los altares de la Iglesia Parroquial. Allí se encuentra el más antiguo monumento religioso, o sea, la reliquia más antigua del cristianismo en Cuba.